Son fibrocartílagos, existen dos meniscos y , están compuestos por agua y las tres cuartas partes de su matriz extracelular está constituida por fibras de colágeno de tipo I .
Las formas de los meniscos es diferente el externo semilunar y muy cerrado en forma de O y el interno más abierto en forma de, no es muy móvil.
El menisco externo es más grueso, mas uniforme en su anchura que el interno, más ancho en su zona posterior, a veces recubre completamente el platillo tibial, cuando esto ocurre se llama menisco discoideo, es atravesado por el tendón del poplíteo en su tercio posterior, creando el hiato poplíteo.
La función principal de los meniscos es la transmisión de las fuerzas de carga y su distribución por el platillo tibial correspondiente, los meniscos transmiten el 50% de la carga en extensión de la rodilla y el 85% en flexión de 90º.
La ruptura meniscal implica desplazamiento del centro de rotación articular y alteración de la movilidad, favoreciendo el desgaste del cartílago, los meniscos actúan como espaciadores de las superficies condrales articulares, disminuyendo el contacto entre ellas, su ausencia aumenta la rigidez subcondral con incremento de la densidad trabecular, favoreciendo la presencia de cambios artrosicos.
Las lesiones meniscales pueden ser agudas o degenerativas, un tercio de las roturas agudas se debe a la práctica del deporte, el menisco interno es el más afectado en la actividad deportiva, son más frecuentes en varones entre 20-30 años, a veces se asocia con rotura del LCA.
Las roturas degenerativas son más frecuentes en personas por encima de cuarenta años, pueden resultar de un pinzamiento entre la tibia y el fémur, produciéndose una rotura transversal en el menisco fibroso.
Dolor, inflamación y la aparición de derrame articular, dificultad para realizar la flexión y extensión completa la rodilla.
El bloqueo completo de la rodilla sugiere una rotura en asa de cubo, que puede ser reductible o no espontáneamente; Si la lesión es antigua puede aparecer atrofia del cuádriceps, el derrame aparece en el 50%de los casos en las lesiones antiguas.
Debe hacerse por la anamnesis al paciente, exploración clínica y las pruebas complementarias. En la anamnesis es importante recoger el mecanismo de la lesión, el evento inicial desencadenante de una lesión meniscal aguda en la mayoría de los casos es de tipo deportivo.
Ante cualquier paciente con dolor de rodilla la primera prueba a solicitar es una radiografía simple de ambas rodillas en carga, en el supuesto de que sean normales, y los test clínicos realizado en la exploración sean positivos, debemos solicitar una resonancia magnética, para confirmar el tipo de lesión .
Si se confirma la rotura meniscal el tratamiento definitivo es el quirúrgico en aquellas lesiones completas y sintomáticas.
La cirugía abierta hoy está totalmente desechada, por los malos resultados que ha dado a medio y largo plazo.
Las roturas meniscales se intervienen por cirugía artroscopica con anestesia raquídea en hospital de día, no precisan de ingreso hospitalario y consiste en realizar menicectomia parcial, en ella solo se extirpa la parte rota, dejando el máximo menisco posible con un borde regularizado y estable.
Cuando la rotura meniscal es aguda y afecta a la periferia del menisco en gente joven se puede realizar sutura de la rotura, así evitamos la extirpación casi total del mismo, ello conlleva que el paciente debe de retrasar la carga varias semanas, así como la movilidad articular, debiendo realizar ejercicios sin carga, piscina, bici etc.
El posoperatorio de la artroscopia por menicectomia, no es doloroso, se aconseja deambular con bastones durante una semana, al cabo de la misma se le retiran los dos puntos de los portales, al paciente se le prescribe heparina de bajo peso molecular para prevenir tromboembolismó.
Aunque las complicaciones en relación a la menicectomia parcial artroscopica son raras, existen algunos riesgos potenciales. La infección y la trombosis venosa profunda son complicaciones que pueden producirse tras la cirugía artroscopica, sin embargo su incidencia es muy baja, la irrigación continua que se utiliza minimiza el riesgo de infección al diluir potencialmente las colonias bacterianas, mientras que la movilidad precoz de estos pacientes evita los problemas vasculares asociados.