El pie cavo es aquel que presenta un aumento anormal de su bóveda plantar, consideramos esta definición la más simple, aunque la misma nos dé una idea incompleta de la deformidad que tratamos.
Es complejo dado su gran disparidad etiológica, su gran polimorfismo y su diferente evolución y tratamiento.
El pie cavo es a menudo de causa neurológica, ante cualquier caso de pie cavo debe de efectuarse un examen neurológico especializado.
Entre las causas del pie cavo tenemos:
De origen neurológico:
Secundario alteraciones osteoarticulres:
Por retracción de partes blandas:
El neurológico es el tipo más frecuente, pudiéndose encontrar un predominio del factor paralitico, en este tipo de pie la alteración dinámico predomina sobre la deformidad.
En las alteraciones osteoarticulares predomina la alteración estática sobre la dinámica, siendo secundarias las alteraciones de la marcha a la modificación de la forma.
En las alteraciones de partes blandas, la deformidad en cavus es secundaria a una retracción de la piel, aponeurosis o tejido celular que a su vez altera la marcha.
Dolor, callosidades las metatarsalgias atañen fundamentalmente a todas las cabezas de los metatarsianos, aunque pueden prevalecer a nivel de la primera y de la quinta.
Las talalgias ponen de manifiesto la retracción del aparato suroaquileoplantar, que se inserta en el calcáneo, se observan también a menudo en el pie cavo posterior.
El dolor en el dorso del pie, en la cúspide de la deformidad es con frecuencia secundario a un problema con el calzado.
El apoyo excesivo motivo del dolor puede localizarse en el borde externo del pie, sobre todo bajo la estiloides del quinto metatarsiano.
El dolor aparece muchas veces en los dedos, en razón de las callosidades dorsales de las interfalangicas proximales.
Las molestias relacionadas con el calzado se deben sobre todo a los dedos en garra, a ello se une el dolor compresivo desencadenado por la prominencia del dorso del pie.
La clínica aunque también nos debemos apoyar en estudios radiográficos, estos se realizaran con los pies en carga y en descarga, en las radiografías podemos medir diferentes ángulos, a veces se utilizan otras pruebas como la resonancia magnética.
Conservador con ortesis o bien tratamiento quirúrgico, tanto si el tratamiento aplicado es médico (ortesis, fisioterapia) como quirúrgico, su finalidad ante todo es dar respuestas a los problemas del paciente, sobre todo dolor plantar por irregularidad en la distribución del apoyo.
Deben de ser tratados en primera instancia de forma conservadora con plantillas y fisioterapia.
La cirugía en el niño únicamente se concibe si la deformación tiene un probado carácter evolutivo y conlleva un trastorno funcional no controlado con el calzado y las ortesis.
En cuanto al tratamiento quirúrgico son varios los que pueden realizarse, eventualmente asociados, según las diferentes modalidades, tanto si están dirigidos para el pie cavo del niño como del adulto.
El objetivo al realizar las liberaciones plantares es distender las retracciones plantares, estas pueden ser amplias o selectivas, con transposiciones tendinosas, alargamientos tendinosos
En el tratamiento quirúrgico con afectaciones óseas, se pueden realizar osteotomías del calcáneo (Dwyer) de manera aislada no debe aplicarse.
Tarsectomía, estas fueron ideadas para corregir las deformidades del tarso anterior, la corrección de la garra digitad es un procedimiento asociado pero indispensable en cuanto a la calidad del resultado, realizaremos un alargamiento o tenotomía de los tendones extensores y la artroplastia de la articulación afectada.
Ante pies cavos muy avanzados con alteraciones notables e irreductibles, o si las posibilidades de progresión son muy altas debido a una gran disarminia en el balance muscular se debería optar por la doble artrodesis mediotarsiana y subastragalina, ya que nos permite grandes correcciones angulares al mismo tiempo que se alcanza una mayor estabilidad del retropié durante la marcha.