Son los encargados de dar soporte lateral a la rodilla, existen dos ligamentos externo e interno, son extraarticulares, y refuerzan la capsula articular.
Las lesiones de los ligamentos laterales están íntimamente relacionadas con actividades deportivas, el mecanismo de lesión es por un impacto directo o giro con miembro apoyado, forzando la rodilla a varo o valgo según el ligamento lesionado externo o interno.
Las podemos clasificar en tres grados, dependiendo del número de fibras rotas y de la inestabilidad:
Grado I es una rotura parcial de algunas fibras, con dolor puntual localizado, sin inestabilidad.
Grado II La rotura afecta a un mayor número de fibras, y por tanto el área de dolor es mayor, aun no hay inestabilidad.
El grado III, la rotura del ligamento es completa y se produce una clara inestabilidad.
Las lesiones más frecuentes son las de grado I y II, distensiones o roturas parciales, la lesión grado III rotura completa es menos frecuente
Dolor localizado en el lado afecto de la rodilla, aumentando a la palpación, la movilidad está limitada por el dolor, podemos encontrar ocupación de la articulación una o dos horas después del traumatismo o bien edema peri articular, antes de las 24 horas suele aparecer equimosis alrededor del ligamento lesionado.
Cuando tengamos sospecha de rotura de algún ligamento realizaremos al menos un estudio radiográfico simple de la rodilla al menos en dos proyecciones, nos servirá para descartar la presencia de fragmentos óseos unidos al ligamento (avulsiones). La resonancia magnética es la prueba más empleada hoy día para valorar el alcance de la lesión, la misma nos muestra la localización de la rotura y otras lesiones asociadas.
El tratamiento de las lesiones aisladas en los esguince del ligamento lateral interno grados I II y algunas del grado III se tratan de forma conservadora, mediante antiinflamatorios, crioterapia, vendaje compresivo y miembro elevado, colocamos una férula inmovilizadora, permitimos la marcha con apoyo cuando el dolor disminuya y usamos una ortesis para realizar la movilidad controlada lo antes posible.
Tratamiento quirúrgico existen lesiones aisladas de tipo III que deben de ser reparadas quirúrgicamente.
Cundo existe una gran inestabilidad en valgo, incluso en ausencia de rotura de uno de los ligamentos cruzados.
Cuando exista una desinsercion en la tibia de los dos fascículos del ligamento, superficial y profundo, así como en aquellos que el extremo libre se introduce en articulación.
La intervención quirúrgica debe realizarse en fase aguda, la fijación la realizaremos, mediante grapas, tornillos etc. dependiendo de la localización de la rotura.
Si pasa una semana y la lesión en fase aguda pasa desapercibida, la posibilidad de curación queda anulada y las fibras retraídas, en estos casos realizamos plastias del ligamento, bien de banco o tendones de la pata de ganso.